S

Foto: L.D.

un surco
más hondo cada vuelo

la tierra que ha abrazado
cien gaviotas
ahora mira el borde

sin saber

qué iris silencioso
recogerá la lluvia.

Como si cada lágrima
fuera garganta más ancha
y algo de nube en los ojos,

siempre se puede llorar.


Llorar a solas
no,
para barrer impurezas
sino para respirarnos.

música de señas

si alguna lejanía

perdiera las palabras

el juego del amor

aun conversaría

con música de señas